La ventaja de realizar láser resurfacing inmediatamente
después de haber realizado la quemo-dermoabrasión (ver quemodermoabrasión) radica en el hecho de que además de que la
mejoría puede ser aún mayor, la duración del enrojecimiento postoperatorio es más breve que cuando realizamos dermoabrasión
o quemo-dermoabrasión sin láser resurfacing.
La desventaja se debe al hecho
de que estamos combinando 3 o 4 técnicas de alto riesgo en un mismo tiempo quirúrgico lo que aumenta notoriamente
el riesgo en manos no expertas.
Este tipo de técnica solo debe ser realizada
por verdaderos expertos y con un seguimiento postoperatorio muy minucioso, para evitar complicaciones, acelerar
la cicatrización y el regreso del paciente a sus actividades normales.